Un día seis sabios quisieron saber qué era un elefante.
El primero en llegar junto al elefante chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: “No cabe duda, el elefante es como una pared”.
El segundo, palpando el colmillo, gritó: “Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como una lanza”.
El tercero, tocó la trompa retorcida y gritó: “¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente”.
El cuarto, extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: “Está claro, el elefante, es como una columna”.
El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: “Aun el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico”.
El sexto, quien tocó la oscilante cola apuntó: “El elefante es muy parecido a una soga”.
Y así, los sabios discutieron largo y tendido, cada uno excesivamente terco en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, todos estaban equivocados.
1. ¿ Qué pensaba el primer ciego?
2. ¿ Qué pensaba el segundo ciego?
3. ¿ Qué pensaba el tercer ciego?
4. ¿ Qué pensaba el cuarto ciego?
5. ¿ Qué pensaba el quinto ciego?
6. ¿ Qué pensaba el sexto ciego?
7. ¿Quién crees que tenía la razón?
8. ¿Quién crees que estaba equivocado?
9. ¿Cómo hubieras solucionado este problema?
10. Explica porque es importante haber dialogando en esta situación.